Una, dos, tres, cuatro, cinco. El vendedor de enciclopedias le había pedido, por favor, que le echara mucho azúcar en el café. Cuatro o cinco cucharillas, dijo. Fernando no escatimó en el número. Eso sí, en lugar de azúcar, lo que le echó fue cianuro. Aquí tiene. ¿Usted no bebe? No, yo tomaré solo agua…. Continue reading